Un niño saharaui ha muerto y otras tres personas han resultado heridas al explotar una mina enterrada en el suelo al paso de un Land Rover. El suceso ocurrió en Bir Ganduz, al sur del Sahara Occidental. Se calcula que a ambos lados del muro que divide el territorio saharaui Marruecos ha sembrado, al menos, cinco millones de minas.
Un niño saharaui murió hace unos días en el desierto saharaui, en Bir Ganduz, al explotar un dispositivo exposivo cubierto bajo tierra, una de las minas con las que Marruecos, con la ayuda armamentística de Francia, sembró el Sahara Occidental.
La mina explotó al pasar por encima un Land Rover con cuatro pasajeros. Además del joven muerto, el resto del pasaje quedó gravemente herido. Según se ha sabido por la huella que ha dejado la explosión, la dinaminta era trinitrotolueno, también conocido como TNT.
Durante varias horas, según ha denunciado una Asociación que defiende el cumplimiento de los Derechos Humanos en el Sahara Occidental, las víctimas estuvieron sin ser atendidas ni recibir en el lugar de la explosión ningún tipo de ayuda médica. Posteriormente, fueron trasladados al hospital de la ciudad más cercana, Dajla, según informaron los familiares de los heridos a Upes Online.
El drama se ceba con la mencionada familia, que hace tres años ya sufrió la explosión de una mina en la misma región que la del reciente suceso. Hace tres años, murió otro de los hijos.
Se calcula que a ambos lados del muro que divide el Sahara Occidental hay, aproximadamente, unas cinco millones de minas antipersonas sembradas por Marruecos. En 1997 se promulgaba la Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción, también conocido como la Convención de Ottawa, por el lugar de la firma. Marruecos, después de 13 años, no ha encontrado el tiempo suficiente para firmarlo y comenzar a retirar las minas del Sahara Occidental.
Fuente: guinguinbali